Amando televisa y tv azteca o amando a once jugadores que paralizan a México. O los dos.

El fútbol es un elemento identitario en que la mayoría participamos, aclara las fronteras del “nosotros” y “ellos”, además para la conformación de un grupo es tan importante que el individuo tenga conciencia de su pertenencia, como al mismo tiempo, que el que no pertenezca reconozca la existencia del grupo.
Cuando los mexicanos nos sintamos tan unidos, identificados y motivados con un proyecto de nación común, tal como nos sentimos con la selección mexicana, entonces y sólo entonces podremos explotar nuestras potencialidades y de esta manera verdaderamente estaremos siendo nacionalistas. Cuando el proyecto común no sea ganar el Mundial de futbol, sino la construcción de un país justo, cuando la televisión no promueva el fanatismo y el consumismo, sino la ciudadanía, entonces estaremos trabajando juntos con rumbo claro hacia el crecimiento y desarrollo. Claro que la diversión y el esparcimiento son en cierta medida indispensables para cualquier sociedad y el futbol cumple bien con esta función estabilizadora en cualquier sistema político, pero no perdamos de vista que se trata de un medio y no de un fin en sí misma.
¡Divirtámonos, gocemos el Mundial! Incluso aprovechémoslo para convivir y reforzar los lazos de afecto y amistad, pero no dejemos que sirva de pretexto o que nos distraiga para no atender nuestras responsabilidades familiares y sociales. Querer a México no consiste, precisamente, en anhelar que sea campeón mundial de futbol, sino trabajar para que sea un país donde prevalece la justicia social, la libertad y una vida digna en los hogares de todos sus habitantes.
Cuando los mexicanos nos sintamos tan unidos, identificados y motivados con un proyecto de nación común, tal como nos sentimos con la selección mexicana, entonces y sólo entonces podremos explotar nuestras potencialidades y de esta manera verdaderamente estaremos siendo nacionalistas. Cuando el proyecto común no sea ganar el Mundial de futbol, sino la construcción de un país justo, cuando la televisión no promueva el fanatismo y el consumismo, sino la ciudadanía, entonces estaremos trabajando juntos con rumbo claro hacia el crecimiento y desarrollo. Claro que la diversión y el esparcimiento son en cierta medida indispensables para cualquier sociedad y el futbol cumple bien con esta función estabilizadora en cualquier sistema político, pero no perdamos de vista que se trata de un medio y no de un fin en sí misma.
¡Divirtámonos, gocemos el Mundial! Incluso aprovechémoslo para convivir y reforzar los lazos de afecto y amistad, pero no dejemos que sirva de pretexto o que nos distraiga para no atender nuestras responsabilidades familiares y sociales. Querer a México no consiste, precisamente, en anhelar que sea campeón mundial de futbol, sino trabajar para que sea un país donde prevalece la justicia social, la libertad y una vida digna en los hogares de todos sus habitantes.
texto de Francisco Morelos en www.lajornadamichoacan.com.mx
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