Las abuelas, que apenas pueden caminar porque su día es demasiado cansado por cuidar a sus nietos, ya que la nueva modalidad de los adultos es hacer de la abuela una guardería, andan más quejumbrosas que nunca por la falta de agua en el puerto, una ciudad que cualquiera pensaría que lo que menos le hace falta es agua.
Los colonos del Infonavit Playas, Prados del sol, Jacarandas y no se diga la Benito Juárez, sólo por mencionar algunos, van cabizbajos a trabajar y llegan enojados al hogar, todo por tener que trabajar doble física y emocionalmente, ya que tienen que ir por agua a otro sitio, en la mejor de las suertes ahí afuera de su casa, pero en una de las peores tienen que recurrir con la cara de pena al vecino, que por cierto ya se hartó de que toda la cuadra le esté pidiendo agua, ya que el líquido del aljibe también se acaba.
Una de tantas cuestiones entre las personas es: ¿por qué no hay agua aquí y en los hoteles y casas más lujosas sí hay? Como de costumbre, el Estado mexicano aplicando el desdén hacia su pueblo. Y ahora miles de mazatlecos no tenemos agua.
En México y en otras partes del mundo el agua es mucho más barata y accesible que por ejemplo China. Un líquido tan vital como el agua es sumamente barata, y algo tan superfluo como la cerveza es muy cara, además de que la concurrencia sí la prefiere, así: con mal sabor y con alto precio.


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