Se recuerda ambiguamente el carnaval: Es de madrugada apenas, cuando aun no sale el sol, y la gente ya está bien puesta para salir… Directo al carnaval. Con dragones y vendedores de ilusiones, y el confeti, que no puede faltar, te pone alucinar en la machado o en el malecón. De cualquier lugar salen pachucos, punketos, cholos y policías a ‘pachanguear’, las reinas tiran sus coronas para irse a ‘destrampar’. Gente por doquier, manos por allá, cachetadas por acá; bandas de viento suenan y se confunden con otra banda, pues hay tanta gente enfiestada y adinerada que quiere banda, que lo máximo que divide a los conjuntos musicales son escasos 5 metros. Las ancianas que ya ni siquiera ven con un ojo por los años, y los bebés que aun no tienen uso de razón, ahí están presentes con una vana sonrisa; aunque el camión esté lleno y te vayas en la orilla de la puerta arriesgando tu vida, o aunque regreses a tu casa totalmente ebrio y dormido en el camión de horario especial: a las 4 de la mañana. Hasta se podría decir que estábamos en bienestar. Si no estabas en carnaval, no existías.
Al observar un poco el carnaval 2010: Los carros alegóricos iban gastando gasolina, las muchachas gastando energías al bailar, y los muchachos derrochando dinero por el 14 de febrero, todo esto en vano. Las bandas sinaloenses descansaban en sus ensayos, en la machado parecía aniversario del día de la independencia y en algunos hoteles se les podía leer: “Se solicitan clientes”.
Una sociedad sinaloense aparentemente en bienestar, agüitada por la ausencia de personas, si antes el carnaval jalaba a mas de 10mil personas de todo el estado de Sinaloa y otras partes del mundo, esta vez no jaló ni la mitad. Los baños de renta, que por lo regular cuestan 5 pesos, estaban limpios, creo que por la necesidad de clientes.
Al observar un poco el carnaval 2010: Los carros alegóricos iban gastando gasolina, las muchachas gastando energías al bailar, y los muchachos derrochando dinero por el 14 de febrero, todo esto en vano. Las bandas sinaloenses descansaban en sus ensayos, en la machado parecía aniversario del día de la independencia y en algunos hoteles se les podía leer: “Se solicitan clientes”.
Una sociedad sinaloense aparentemente en bienestar, agüitada por la ausencia de personas, si antes el carnaval jalaba a mas de 10mil personas de todo el estado de Sinaloa y otras partes del mundo, esta vez no jaló ni la mitad. Los baños de renta, que por lo regular cuestan 5 pesos, estaban limpios, creo que por la necesidad de clientes.

Aunque no viví los primeros carnavales, los que los ancianos pintan aun mejor, uno se da cuenta cómo de las reinas es dueño el dinero, que ya no gana la más bonita y simpática. Con tanta amenaza de masacre masiva, a las personas nos dio miedo salir a carnavalear.
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