Genero al no ver su bicicleta montaña con galón para portar agua, que tanto anhelaba; empezó lo que su madre le llamaba Infinita Tristeza, infinita porque para ella no tiene fin y tristeza porque no está feliz, respondía cuando los chilpayates de la vecina le preguntaban interesantes. Genaro corrió, corre y correrá más que un comerciante en domingo, fácilmente recorría 5 veces el pueblo sin interrupción alguna, pues no paraba hasta encontrar una pieza más para la razón que lo hacía andar tan rapido: una bicicleta que lo aliviara de tanto correr. Después de encontrar la pieza y echarla al canasto de tenía de pintado color negro "armar bicicleta", dormía pensando en el aire fresco de las montañas.
Entre el calor del día y el monótono ladrido de perros, Genaro Sabino, después de correr seis meses y 16 días; se percato que ya estaba lista su bicicleta.
Entonces desde ese día, Genaro no volvío a salir del cuarto de cosas olvidadas, excepto para necesidades biológicas próximas y cortarle las uñas a su abuela, que recientemente perdió el ojo derecho por consumir demasiada mariguana. Pasó exactamente 6 meses y 16 días dentro del cuchitril armando la soñada bicicleta. Cuando salió a disfrutarla, jamás iba a imaginar que el trator de su papá se iba a meter en su camino, matándolo a él y a su bicicleta. Las palabras que se le escucharon decir antes de morir fueron -mis meses desperdiciados.
fuente> El Pueblo
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